El universo es una imagen absoluta
«Los instintos del mar colaboran con los nuestros para crear pensamientos. Nuestras ideas van y vienen, al nacer y al desvanecerse. Sentimos que las poseemos, pero somos nosotros quienes pertenecemos a esas radiaciones más ligeras que la niebla pero entrañables en su falta de credibilidad…»
Etel Adnan, Sea and Fog
Agua. Símbolo de purificación. Templanza. Cuando el agua toca la tierra revela su misterio ante nosotros y nos trae de vuelta. Olas y olas y olas, todo se mueve por dentro cuando escuchamos las olas. En los sueños, el agua es reflejo de nuestras emociones. El arroyo de Narciso no fue sólo su espejo, sino también la puerta a una imaginación infinita. Agua entonces, para hablar de un portal a otro lugar. Cuando vemos al mar de lejos en su inmensidad, vemos un azul que se pierde para dar paso al cenizo o a un verde azulado, se trata de un fenómeno que atravesado por la luz está en constante cambio, así también nos perdemos nosotros ante su inmensidad. ¿Qué somos cuando estamos frente a un cuerpo de agua? ¿Qué sucede cuando nos despojamos de todo para sumergirnos en ellos?.
El proyecto de exhibición Agua al mar, que la artista Rocío Guerrero (Santiago, 1990) presentó en la galería NAC del 7 de septiembre al 7 de octubre, propuso una mirada afectivamente política sobre nuestra relación con los cuerpos de agua, cómo nos involucramos, movemos, entendemos con y a través de ellos, al mismo tiempo que señaló un problema ecológico actual, la profunda sequía que existe a lo largo del territorio chileno y que día a día se agrava aún más.
Una atmósfera vaporosa nos envolvía al entrar a la galería y recorrer la exposición. El espacio había sido habitado por esculturas, videos e instalaciones que eran también el portal a un lugar en el que las temporalidades parecen existir solapadas. Pasado, presente y futuro se nos mostraron condensados. Estuvimos situados en un lugar-no-lugar, localizado en lo que resta de una urbe contemporánea. Por un momento, parecía que estábamos justo en el intervalo que existe entre una crónica narrativa y un documental de ficción.
Ellas, las obras, reflejaron una preocupación sonora que las atraviesa y las une. El sonido de Agua que llora, aludía a un estado de lamento convocado por el movimiento que nosotros mismos determinamos al mover las botellas con nuestras manos. Al invitarnos a realizar esta acción, la artista propone un viaje interno, el vaivén del agua como metáfora del ir y venir de nuestras emociones. Mover nuestras manos, tocar las botellas silbadoras y escuchar. Finalmente, nos sentimos en compañía. Convocantes y espectadores, al entrar en contacto con estas obras estuvimos ante el cuidado de nuestras emociones y también del agua. Las pequeñas cosas por las que sufrimos son infinitas y están situadas en un océano que nada entre y a través de nosotros. Así, ellas fueron un vehículo que nos llevó a un viaje en el tiempo y nos trajo de regreso hacia nosotros mismos.
En Señales de vapor, la artista mostró una performance realizada con el fin de difundir un mensaje en forma de vapor como un posible método de comunicación. ¿Un mensaje que nace para ser absorbido por el mundo en un segundo realmente quiere ser leído? ¿O ha nacido de la completa desesperanza?. Podríamos decir que en Agua al mar, habita la nostalgia de un fin que pareciera ser inminente y que se acerca a nosotros con la misma certeza de la espuma que queda cuando el agua toca la arena y se va. Si la vida es un sueño dentro de un sueño, el universo es un reflejo en un reflejo; el universo es una imagen absoluta[1]. De esta manera, la imagen del agua que se pierde en sí misma sirve para mostrarnos −tal cual espejo/reflejo− la pérdida como un lugar absoluto.
Paola Nava
______________________________
Vamos a llorar,
Vamos a llorar agua de lluvia.
Deja que esas lágrimas llenen el vacío.
La tierra llora el cuerpo se rebalsa.
Lloremos juntas.
No se que decirte,
cuando te lo podría decir todo.
Escúchame,
Que si no lo digo,
Lo pierdo.
De Rocío Guerrero para Agua al mar
______________________________
Aprendí sobre el lamento escuchando mi cuerpo
Si la tierra llora, el sol también lo hará?
Dime
Que estoy aquí
Tocando paredes
Tratando de sostenerme
Mientras te escucho
Llora
Llora ahora que si no el agua se estanca y se hace pantano
Dime si esta esquina dejará de estar llena de polvo
Dejará de ser tan árida
Para mirarte algún día
Desde una laguna
Espera
Estoy aquí
Estoy aquí para decirte
Que no hemos despertado aún
Que estamos sumergidas
En un sueño dentro de otro sueño
Y al despertar nos disolveremos
en un millón billón de partículas
en un millón billón de partículas
en un millón billón de partículas
De Paola Nava para Agua al mar
[Agua al mar de Rocío Guerrero en Galería NAC]
[1] El agua y los sueños. Gastón Bachelard