El código de lo real
Entre dos notas de música existe una nota,
entre dos hechos existe un hecho,
entre dos granos de arena por más juntos que estén
existe un intervalo de espacio,
existe un sentir que es entre el sentir
—en los intersticios de la materia primordial
está la línea de misterio y fuego
que es la respiración del mundo,
y la respiración continua del mundo
es aquello que oímos y llamamos silencio.
Clarice Lispector
¿Es posible abarcar lo infinito desde lo material? ¿Y desde el lenguaje?
¿Cuál es nuestra relación con el cosmos? ¿Qué significa ser de la tierra?
¿Qué significa tener esa pulsión creativa que anima a seguir haciendo y a volver, siempre, a la obra y al hacer?
Salirse de una misma para decir todo eso que no puede decirse de la manera usual, con palabras, dichas o escritas. “What’s most important in life cannot be said, only written” [Lo más importante en la vida no puede ser dicho, sólo escrito], dijo Jon Fosse en su discurso de agradecimiento por el premio Nobel de Literatura (2023). Nosotras podríamos responder: lo más importante no puede ser dicho ni escrito porque ya está, siempre, siendo dicho y escrito.
Es, está, existe. Es real. No conforma un lenguaje sino un código, el de todo eso que sucede entremedio y en silencio. Porque al final todo (la vida, la muerte, la existencia) sucede en eso que separa una cosa de otra, como los años a las estrellas, o el espaciado a las palabras:
Tu Yo
Arriba Abajo
Luz Oscuridad
Sonido Silencio
Imagen Realidad
Lenguaje Percepción
Idea Sentir
Pero los asteroides, cometas, satélites y otros seres del “espacio exterior” (con comillas, porque si entre ellos se cuenta la Tierra misma, ¿qué es realmente lo exterior?), nos enseñan que el silencio no se puede registrar en palabras sino en movimientos, contactos y distancias. En las maneras de moverse la energía cuyo registro no cabe en ninguna forma convencional de registro ni de comunicación.
Entre: órbitas y elipsis es el resultado de un ejercicio especulativo más cercano al deseo de presente que a la predicción del futuro. Se trata de una práctica cuyas referencias y herramientas no son más que un cúmulo de experiencias a escala humana, posibles desde el encuentro que Fabiola y Francisca tuvieron hace más de un año en este mismo lugar. De ese encuentro nace un Entre: vidas, tránsitos, idas, venidas, texturas, colores, luces, escalas, mundos, otros mundos y otras vidas.
Y a partir de sus propios entre las artistas crean, como escribió Úrsula K. Le Guin en Hacer mundos, “una selección particularmente hábil de fragmentos del cosmos, piezas inusualmente útiles y entretenidas, escogidas y dispuestas para dar una ilusión de coherencia y duración en medio del flujo incontrolable de eventos.” (206) que es la vida y la existencia. En esta vida y en esta existencia.
Conectando lo que sabemos a distancia con algo de lo que podemos imaginar juntas, les invitamos a participar de una (nuestra) posible configuración de aquel código que se expresa en todo lo que hay más acá, y más allá. En singular, en plural, en órbitas, en elipsis —el código de lo real.
Dic. 2024 – Ene. 2025
[Entre: órbitas y elipsis de Francisca Correa y Fabiola Hernández en CCESantiago]